viernes, 22 de octubre de 2010

(8) De Totsukawa a Kawayu Onsen y ascensión al Hatenashi (4ª etapa)


El día comenzó a las siete de la mañana con un desayuno bastante bueno. Thia después de mil reverencias, hacernos una foto, hacerse una foto con nosotros  y demás, salió del hotel para enseñarnos el camino, hasta tal punto que le preguntamos directamente si tenía intención de ir hasta Hongu con nosotros. No os perdáis el modelo con las medias de sport,que ya hemos visto en más de una ocasión. Fue todo amabilidad pero casi parecía estresada  en su afán por complacernos en todo momento.
Así que nos despedimos del magnífico Hotel Subaru



El primer escollo del día fue un puente colgante, ciertamente colgandero que pasamos muy despacio y no más de cuatro personas al mismo tiempo, en plan convoy.




El segundo escollo tenía nombre: HATENASHI, nuestro pasito de hoy por encima de los mil metros. Considerando que partíamos de algo menos de 200 y esperábamos unas pendientes desde hasta el 32% en el tramo final, decir que estábamos acojonaditos/as es poco decir. Aqui estamos las chicas, una vez coronado el dichoso pico, pero se nos ve tan contentas.

Y aqui los chicos, aunque no todos.



Durante todo este tramo nos acompañaron 33 estatuas de piedra llamadas “cannons” parecidas a los “jizos” que se supone que están allí para vigilar que el peregrino haga bien su camino.

Cerca de la salida pasamos por una casa encantadora en la que una señora muy mayor limpiaba constantemente, en medio de cultivos de arroz. Tenía dos fuentes estupendas en las que bebimos, cosa que repetiríamos varias veces a lo largo del día.

Fue duro, duro, durísimo, nada que ver con el Camino de Santiago…y es que aquella subida en la que resoplamos, resoplamos, resoplamos…parecía no acabarse nunca. El que más y el que menos echó mano de su particular manual de autosuperación : aquello de fortalecer el espíritu con retos que hay que superar, no quedan más bemoles que seguir adelante porque no se puede volver hacia atrás, las subidas son buenas para que el culito se endurezca, “mens sana in corpore sano”, la madre que parió a la cuesta ésta…..en fin, cada uno como buenamente pudo.


El caso es que, milagrosamente, los 33 budas pétreos que fuimos saludando a lo largo del camino nos protegieron y, sobre todo, evitaron que la lluvia descargara, pues no queremos ni pensar en cómo hubiera podido ser la cosa en medio de u  aguacero. Pues sí, llegamos todos sanos y salvos, aunque más o menos perjudicadillos, pero contentos pues hemos llegado a la conclusión de que un poco “frikis” sí que somos. Para compensación, la bajada, igualmente vertiginosa, tuvo algún tramo puñetero pero se fue llevando.
También hubo los imprescindibles momentos de descanso.

Pese a nuestros temores previos no es fácil perderse en el Kumano Kodo: está bien señalizado y la ruta ofrece pocas alternativas. Después de varios días hemos empezado a confiarnos, pero la etapa de hoy nos demostró que también es posible despistarse.

Sin duda también influyó el cansancio, que hace mella de forma diferente en unos y otros, según el día con lo que mantener el grupo unido es cada vez más complicado. Hoy una parte del grupo se quedó atrás, eso sí, armados de mapas, y en determinado punto tomaron una ruta equivocada. Los que iban delante tras una larga espera llegaron a la conclusión acertada de que algo no iba bien. Afortunadamente, los extraviados llegaron poco después a la carretera cerca de Hongu, donde el resto iban un tramo por delante y pudieron reencontrarse.

En ese momento eran ya cerca de las cuatro de la tarde y habíamos dejado el Subaru a las ocho de la mañan a, con relativamente pocas paradas y después de una ascensión impresionante a base de escaleras y trozos con piedras que se clavaban en los pies en muchos casos.



Pero no escaleras bien puestas sino escalones asesinos. Optábamos por seguir mirando fijamente al suelo, despacito, pasito a pasito. Una experiencia realmente dura pero gratificante…..sobre todo una vez pasada.


Cerca de Hongu Taisha, a cuatro kilómetros, uno de los santuarios centro de peregrinación del Kumano Kodo, todos deseábamos llegar cuanto antes a Kawayu Onsen y anteriormente habíamos divisado el río Kumano.


El día estaba nublado y se llegó a la conclusión que era difícil llegar con luz a Hongu, donde forzosamente había que tomar un bus o andar otros cuatro kilómetros. La solución fue abordar el autocar en ese punto y evitarse el tramo final.

De esta forma el grupo llegó a Kawayu Onsen a las cinco y media de la tarde, donde Juanma estaba ya algo preocupado. Llevaba allí desde las tres y tras tomarse el picnic y darse un baño, aguardaba en la carretera para indicarles el alojamiento. El minshuku está identificado en grafía japonesa y casi no había nadie por la calle, con lo que quería evitarles el trabajo que él había pasado.
La sorpresa surgió cuando al bajar del bus apareció en el lugar Brad Towle, nuestro particular ángel de la guarda. Es el canadiense que nos ha organizado la ruta y sin cuya ayuda no hubiéramos podido hacerla. Brad habló unos minutos con Ana y, junto con el japonés que le acompañaba, se despidió enseguida. Después supimos que había tenido que venir a Hongu por motivos profesionales y que quiso aprovechar para conocernos pero no tenía prácticamente tiempo y era noche cerrada.
Este encuentro tuvo consecuencias positivas prácticas para nosotros ya que Brad nos gestionó en el minshuku un desayuno con café y tostadas para los dos días siguientes (la siguiente era jornada de descanso, por lo que repetiremos noche en Kawayu) y reducir en lo posible las raciones de arroz.
Aunque el establecimieno en el que estamos, Omuraya, no tiene nada que ver con el Subaru pero Brad nos garantizó que se comía bien. Un rato después lo confirmamos una vez utilizado el onsen, y charlado un rato de los asuntos del día en un bar cercano. Sin embargo, aunque la cena estuvo muy bien (con la variedad y cantidad habitual) de ella nos quedará el recuerdo de las canciones de los postres, una iniciativa que partió de las tres japonesas que atienden  el Omuraya, abuela de 85 años,



hija y nieta mientras hacíamos sobremesa después de la cena.


Alguien les comentó que con nosotros viajaba una persona que cantaba muy bien y nos rogaron que al final interpretara algo. Siguiendo el esquema habitual, María José se resistió pero en minutos se puso manos a la obra. Poco antes se había quedado de piedra cuando, sin saber nada, la nieta, la única que hablaba alguna palabra de inglés, le había preguntado `¿Are you a singer?’ (`¿Es usted cantante?´).

En la foto podéis observar la enorme cantidad de cuencos que nos ponen para las cenas japonesas......unas cosas nos gustan más que otras pero, en general, resulta prácticamente imposible comérselo todo.

Fue un rato casi entrañable. Siguieron las canciones de María José y su coro con enorme interés, hasta podría decirse que embelesadas, y recibieron con cara de preocupación la demanda de que cantaran algo también. 
  
                 

Por supuesto se animaron y disfrutamos de varias piezas autóctonas. La explicación de tanto respeto es que por aquí transitan pocos extranjeros y un grupo numeroso como el nuestro es toda una atracción. Brad nos ha dicho que por este motivo a veces los paisanos se ponen nerviosos en nuestra presencia.
Señalar como final que el día de Juanma tuvo poco misterio: del Subaru lo llevaron en coche a la parada de bus de Totsukawa. Allí tomó el de Hongu, donde llegaba pasadas las nueve de la mañana. Recorrió el pueblo sin mochila (se la guardaron en el moderno centro de interpretación de esta ruta del Kumano), visitó el emplazamiento del antiguo templo, el lugar donde fue reconstruido tras una riada y completó la jornada yendo andando hasta Kawayu, su primera andaina en este tour. De esta forma prueba a caminar y evitar oxidarse, pero con xeito.

4 comentarios:

  1. No me conoceis ninguna pero quiero deciros que soy amiga de Irache y que no os podeis imaginar la envidia que me dais. Es una experiencia maravillosa y aprovechad todo lo que podais. Si es posible traeros un wc que debe ser impresionante. Bueno un beso para todos y un abrazo muy fuerte para mi amiga Irache que nunca pense que pudiera llegar a esto.

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  2. hola, ya estaís llegando sois todos/as unos fieras, ánimo y besos para todos/as.
    Pino

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  3. Hola a todos otra vez..soy la pesada de Cati que os sigo como si del tour de francia se tratara ...me parece que cuando leais esto sólo os quedará un dia de camino.
    animo que luego descansais
    besos a Tod@s
    cati

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  4. Enhorabuena a todos,por fin se acabaron las caminatas,subir y bajar sin parar,la verdad es que cuando mi hermana me dijo por primera vez lo de esta maravillosa experiencia yo me quede con una cara de tonta que no me lo creia pero ya veis al final lo conseguisteis y la verdad es que desde aqui da mucha envidia aunque yo no creo que llegase,ja,ja,ja.
    Mi enhorabuena de nuevo a todos y ahora a disfrutar de las vacaciones merecidisimas.
    Besitos.Begoña Enriquez.

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